La floración de la planta tiene un papel muy destacado en la reproducción de los frutos. Como buen agricultor desearás que tus plantas se colmen de flores fértiles para cosechar gran cantidad de producto. Además, dependiendo de la fecha en la que vayas a vender el fruto, te interesará adelantar o retrasar la floración.
Tras observar cómo es el proceso natural de la floración, la agricultura moderna ha aprendido a controlar algunos parámetros para conseguir dichos objetivos. Una vez que las plantas tienen cubiertas necesidades de luz, temperatura y agua, se encuentran preparadas para germinar sus semillas. Sin embargo, es la proteína producida por un gen llamado FT (Flowering Locus T) la que actúa con mayor fuerza en la floración.
El nivel de elementos fertilizantes de la planta influye, en gran medida, sobre el número de flores que cuajarán para convertirse en frutos y también sobre el momento de su aparición. Está comprobado que el aporte de Boro y Molibdeno en los días previos a la floración del melón y la sandía ayuda a que las flores tengan más polen y de mayor calidad.
La formulación de Tecnomol, a base de Molibdeno y complejado con Fósforo, estimula la floración larga o continua de aplicación radicular. Este corrector de carencias aumenta el número de flores para que la abeja no tenga que hacer grandes recorridos en la polinización.
También incrementa el nivel de néctar de la flor haciéndola más atractiva y fértil en hortalizas como berenjenas, calabacín, fresa, melón, pepino, pimiento, sandía y tomate. Concretamente, el melón y la coliflor son los cultivos más sensibles a las carencias de Molibdeno.