Es época de curar el suelo de las explotaciones agrícolas para regenerar sus propiedades de cara a la próxima cosecha. A punto de comenzar el verano ya se alcanzan temperaturas que superan los 30 grados centígrados, ambiente que es propicio para luchar contra los hongos y las malas hierbas.
Una técnica muy utilizada para desinfectar el suelo es la solarización, natural en sí misma que aprovecha la luz del sol tan presente en la zona mediterránea, para eliminar cualquier virus, insecto y nemátodo. Se trata de un tratamiento térmico con agua que tiene numerosas ventajas:
- Permite mantener la nutrición del suelo. Al colocar una lámina de plástico durante un periodo de entre 4 y 6 semanas se puede regar el suelo por debajo del plástico.
- Destruye cualquier parásito. La temperatura que alcanza el suelo con esta técnica ronda los 45 y 50 grados centígrados. El calor se irradia hasta 20 centímetros de profundidad por lo que se hace complicado la vida en este microclima.
- Se reducen las pérdidas de calor latente de evaporación. El plástico, con un espesor entre 0,025 y 0,1 mm genera una condensación de las gotas de agua evitando que éstas se evaporen.
- Tampoco se pierde calor gracias a la emisión infrarroja del suelo lo que favorece la conductividad térmica.
- El suelo recupera la flora microbiana beneficiosa haciéndolo más fértil para la plantación o siembra de los próximos cultivos.
Para que la solarización tenga resultado, el suelo debe estar totalmente cubierto de plástico sin que quede nada al aire libre. La humedad en el suelo debe ser adecuada porque así germinarán las semillas y los patógenos que serán eliminados al aumentar la temperatura gracias al vapor de agua. Tras retirar el plástico es conveniente dejar el suelo descubierto durante, al menos, diez días.
Ya sabes, aprovecha esta técnica y acaba con todos los enemigos de las plantas!
