Cinco pasos para reducir la salinidad del suelo

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Antes de plantar nuestra cosecha hay que asegurar una correcta preparación del terreno con el aporte de nutrientes de baja salinidad. Buscamos conseguir un buen desarrollo radicular de las plantas para evitar que desfallezcan por demasiada salinidad en el bulbo, a veces, como consecuencia del cultivo anterior.

Si controlamos la salinidad del suelo, evitaremos que las raíces de la planta tengan problemas para absorber el agua y los nutrientes esenciales. Te recomendamos las siguientes prácticas para reducir los niveles de salinidad del terreno:

1. Haz un riego de lavado previo a la siembra. Después de solarizar el suelo para acabar con los agentes patógenos, es necesario aplicar una cantidad extra de agua, mayor de la necesaria. Esta fracción de lavado facilitará la transpiración del suelo.

2. Utiliza agua de buena calidad. Parece evidente pero la calidad de agua de una misma fuente puede cambiar según la época del año. Las sales del agua son diferentes en función de la cantidad de minerales que contenga como consecuencia de la erosión de las rocas, por ejemplo. Por eso, es importante analizar el agua de riego antes de sembrar.

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3. Aporta extractos vegetales. En algunos casos es aconsejable aportar extractos vegetales como Valquera, para asegurar una buena estructuración del suelo y la movilización de nutrientes, así como la regulación del estrés salino.

4. Garantiza un correcto drenaje del terreno. La capacidad de drenaje de un suelo depende de la cantidad de aire que filtre. Los suelos arenosos suelen drenar de forma rápida con el inconveniente de que retienen poco la humedad y los nutrientes. En el caso de suelos arcillosos, el drenaje es más lento y suelen acumular demasiada agua dificultando a las raíces acceder a los nutrientes.

5. Conoce las cantidades de agua que necesita tu cultivo. Aprovecha cada gota con la cantidad de riego necesaria, según las condiciones del suelo y las fases de crecimiento de la planta. También es conveniente controlar los intervalos de riego. Si son menos frecuentes y largos, lavarán las sales del terreno.

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Como has podido comprobar el manejo del riego resulta vital en el control de la salinidad del suelo puesto que permite mantener una correcta tasa de oxigenación de las raíces. Esto también es posible si el sistema de riego está limpio. El producto Clarity ayuda a la limpieza de la red de goteo liberando oxígeno para dejarlo a disposición de la planta.

¿Se te ocurre alguna otra práctica para reducir la salinidad del suelo?

 

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